sábado, 10 de octubre de 2015

Edad Media.



La Edad Media, Medievo es el período histórico de la civilización occidental comprendido entre el siglo V y el XV. Convencionalmente, su inicio es situado en el año 476 con la caída del Imperio romano de Occidente y su fin en 1492 con el descubrimiento de América, o en 1453 con la caída del Imperio bizantino, fecha que tiene la singularidad de coincidir con la invención de la imprenta (Biblia de Gutenberg) y con el fin de la guerra de los Cien Años.

A 2015, los historiadores del periodo prefieren matizar esta ruptura entre Antigüedad y Edad Media de manera que entre los siglos III y VIII se suele hablar de Antigüedad Tardía, que habría sido una gran etapa de transición en todos los ámbitos: en lo económico, para la sustitución del modo de producción esclavista por el modo de producción feudal; en lo social, para la desaparición del concepto de ciudadanía romana y la definición de los estamentos medievales, en lo político para la descomposición de las estructuras centralizadas del Imperio romano que dio paso a una dispersión del poder; y en lo ideológico y cultural para la absorción y sustitución de la cultura clásica por las teocéntricas culturas cristiana o islámica (cada una en su espacio).

Suele dividirse en dos grandes períodos: Temprana o Alta Edad Media (siglo V a siglo X, sin una clara diferenciación con la Antigüedad Tardía); y Baja Edad Media (siglo XI a siglo XV), que a su vez puede dividirse en un periodo de plenitud, la Plena Edad Media (siglo XI al siglo XIII), y los dos últimos siglos que presenciaron la Crisis de la Edad Media o del siglo XIV.  

A continuación un pequeño resumen de la edad media:






Inventos de la Edad Media.

El Cañón.


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Los cañones en la Edad Media eran enormes armas de fuego en forma de tubo, diseñadas para disparar un proyectil pesado a una gran distancia. Se empleaban en China, Europa y el Medio Oriente, y son el arquetipo de la artillería moderna. El primer cañón en Europa probablemente haya aparecido en la Iberia mora y cristiana. El cañón inglés fue utilizado por primera vez durante la Guerra de los Cien Años, en la Batalla de Crécy, en 1346.

La Brújula.



La brújula es un instrumento que sirve para orientarse, por medio de una aguja imantada que señala el Norte magnético, que es ligeramente diferente para cada zona del planeta, y distinto del Norte geográfico. Utiliza como medio de funcionamiento el magnetismo terrestre. La aguja imantada indica la dirección del campo magnético terrestre, apuntando hacia los polos norte y sur. Únicamente es inútil en las zonas polares norte y sur, debido a la convergencia de las líneas de fuerza del campo magnético terrestre.
Probablemente fue inventada en China, aproximadamente en el siglo IX, e inicialmente consistía en una aguja imantada flotando en una vasija llena de agua. Más adelante fue mejorada para reducir su tamaño e incrementar su practicidad, cambiándose la vasija de agua por un eje rotatorio, y añadiéndose una "rosa de los vientos" que sirve de guía para calcular direcciones.

La Pólvora.



La pólvora es una mezcla explosiva de un 75% de nitrato potásico aproximadamente. La pólvora fue el primer explosivo conocido; su fórmula aparece ya en el siglo XIII, en los escritos del monje inglés Roger Bacon, aunque parece haber sido descubierta por los chinos. Es probable que la pólvora se introdujera en Europa procedente del Oriente Próximo. Berthold Schwarz, un monje alemán, a comienzos del siglo XIV, puede haber sido el primero en utilizar la pólvora para impulsar un proyectil. Sean cuales sean los datos precisos, lo cierto es que la pólvora se fabricaba en Inglaterra en 1334. El primer intento de utilización de la pólvora para minar los muros de las fortificaciones se llevó a cabo durante el sitio de Pisa en 1403. Fue el único explosivo conocido hasta el descubrimiento del denominado oro fulminante en 1678.

El Castillo.



Existe toda una serie de edificaciones militares que guardan analogías con el castillo, como el alcázar, el torreón, la altayala, el fuerte, el palacio fortificado, la ciudadela o la alcazaba, lo que hace que no siempre sea fácil asegurar si se trata o no de un castillo propiamente dicho. Se tiene normalmente por tal el conjunto formado por un recinto amurallado que encierra un patio de armas, en torno al cual se sitúan una serie de dependencias y que dispone de al menos una torre habitable.

El Carro.



Es un vehículo de tracción animal de uno o dos ejes. Utilizado para transporte (sobre todo en la economía rural, incluso en nuestra época) y antiguamente para la guerra.
Los carros de gerramás conocidos fueron los del antigua Egipto, de un solo eje montado por un auriga y un arquero. Aparecieron en el imperio nuevo por influencia de los hiscos. También destacó el carro de guerra en la India y en Persia. En este lugar fue donde probablemente se comenzó a colocar, como prolongación de los ejes, hojas afiladas o cortantes.
Hubo carros similares a los anteriores en la Antigua Grecia y en la Antigua Roma, pero su utilidad bélica decayó, al afianzarse el modelo militar basado en formaciones de infantería. En la Roma fueron utilizados en carreras en el circo romano, su denominación variaba según el número de caballos: bigas, trigas y cuadrigas.

La Armadura.


La armadura es el complemento tradicional de la espada, y también Toledo tiene gran tradición en su fabricación. Estas que se presentan, fabricadas en chapa de acero pulido en algunos casos y grabado en ácido en otros, son reproducciones fieles de las originales en el siglo XVI. En su fabricación se respeta el diseño articulado de brazos y piernas. Estas piezas son un elemento decorativo importante y transportan a los que contemplan a la Edad Media más tradicional.

La Imprenta.



 Las primeras prensas de impresión, como la representada arriba, utilizaban un mecanismo helicoidal para aplicar presión a la rama de impresión. Tenían sus orígenes en las prensas de los agricultores para obtener aceite de oliva. En comparación con las prensas actuales, aquellas máquinas eran lentas y sólo producían unas 250 copias a la hora.


La Ballesta.




Aunque hay antecedentes de que ya existía en China alrededor del 200 a. C., en Europa apareció por primera vez en el siglo X. Consistía en un arco que se tensaba mediante una manivela con dos manecillas. Con el tiempo, este arco fue de acero y capaz de disparar un dardo corto a más de 320 metros de distancia, que podía penetrar las mallas metálicas usadas por los soldados medievales. Disparaba un dardo por minuto.

Reloj Mecánico.



El primer reloj mecánico europeo se documenta en el año 1300 sustituyendo a los relojes de agua (clepsidras). Inicialmente se colocaban en los campanarios de las iglesias y en las fachadas de los edificios públicos, pero no es hasta finales del siglo XIV que se les añaden manecillas y cuadrantes. En el siglo XV se les introduce un muelle en sustitución del peso y apareciendo entonces los relojes de mesa y después los de bolsillo. Hoy en día, decimos que el tiempo es oro, y no nos podríamos imaginar el funcionamiento de nuestra sociedad sin contar el día en horas, minutos y segundos. Fue a partir del siglo XV que se empezó a generalizar  el tiempo tal como lo conocemos actualmente.

Actividad Pedagógica de la Edad Media:

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